VACACIONES COMO DEBEN
SER, CON CONTROLES Y
PRESERVACIÓN DE ROLES!!

28 de Julio de 2009

Tras años de "todo vale"

Todo vedado en las playas españolas. Las prohibiciones de hacer topless, fumar, vender productos o pasear mascotas, a la orden del día 

La bandera del "todo vale", que tan bien representó a las playas españolas desde el furioso destape de los primeros años del posfranquismo, hoy flamea raída y con serio riesgo de resultar arriada.

Nadie sabe, a ciencia cierta, qué es lo que impulsa los nuevos vientos de cambio en la España playera y veraniega, pero aquella famosa "furia" por entregarse a la libertad de expresión parece ceder de a poco ante otra pasión no menos visceral: la de los municipios costeros y las asociaciones de vecinos por imponerles prohibiciones a los veraneantes.

Lejos de aquella imagen liberal que transformó a las arenas ibéricas en la cuna europea del topless, la playa en el presente verano boreal es, en este país, el espacio público con mayor cantidad de regulaciones para sus visitantes, más aún que los bares, parques y estadios.

Con el fin de comprobarlo, basta poner el pie, por ejemplo, en la preciosa blancura de la playa Binibequer, en Menorca, para toparse a pocos metros con un cartel que prohíbe ingresar a algunas partes del balneario sin la "bikini completa". Y a pocos metros, otra señal invita a no pasearse con ningún animal. Las multas por burlar esta regla llegan hasta 1200 euros.

Si bien la cruzada para arrinconar al topless tiene fervientes seguidores en todo el país, la Asociación Playas Familiares -integrada por las pequeñas organizaciones conservadoras que, por ejemplo, también luchan contra el aborto- ha iniciado ya una feroz campaña para lograr la prohibición total de la exhibición de senos en determinadas playas.

"Los nudistas tienen derechos; nosotros también tenemos el de tener espacios para nuestras familias", dicen en su página de Internet, donde convocan a la población a juntar 10.000 firmas con el fin de conseguir playas donde imperen "las condiciones de respeto y amparo de la infancia".

En la misma línea, según informó el diario El Mundo, también se prohibió en la localidad de Tossa de Mar, en Gerona, la "práctica del sexo" en sus arenas. La ordenanza provocó el repudio de jóvenes que se manifestaron para "evitar" que ese lugar "se vuelva una playa de abuelos".

Vendedores, no

Pero la lucha entre la libertad y el libertinaje trasciende los límites del cuerpo. Otra costumbre, de ausencia inimaginable en las playas argentinas, como la venta de gaseosas, sandalias o barquillos, ya sucumbió ante la ola de censura impuesta por las autoridades locales en los últimos cinco años.

El éxito de esta arremetida oficial, originada principalmente en las reiteradas quejas de los turistas anglosajones poco afectos al griterío, reubicó a los vendedores de las más diversas mercancías en pequeñas tiendas de hojalata o lona, conocidas en este país como "chiringuitos".

En esta misma batalla contra la contaminación, se inscribe la creación de "playas libres de humo" en Gerona, donde se prohíbe fumar "cualquier sustancia" hace tres años. En Canarias, ante ese problema, las autoridades decidieron repartir gratuitamente 5000 ceniceros, para atacar, a la vez, el desagradable espectáculo de hallar colillas entre la arena.

Sin embargo, más allá de que en otras ciudades balnearias, como Benidorm, también se apliquen multas por consumir bebidas alcohólicas en las cercanías del mar, existen otras prohibiciones más llamativas.

En Tenerife, por ejemplo, el Ayuntamiento estudia la pronta sanción de una disposición que impida la construcción de castillos o figuras de arena de gran tamaño por motivos vinculados con la estética y la libre circulación por las playas.

También se debate si aplicar en todo el país las normas que establecen, en Valencia, la obligatoriedad de colocar reposeras, sombrillas y lonas a un mínimo de seis metros de distancia de la orilla del mar, si prohibir los "picaditos" de fútbol y los fogones, con sus cantantes e instrumentistas.

Todo un cóctel de ordenanzas y restricciones que marcan una nueva tendencia. Habrá que ver si en esta ocasión se exportará a otras playas. Desde Menorca, España.