Calor y color en el
Carnaval de Buenos Aires
Más
de 30 corsos ubicados en distintos barrios de la Ciudad fueron
los encargados de ponerle el broche de oro a la tradicional
fiesta que tuvo lugar todos los fines de semana de febrero.
Con más de 30 corsos
callejeros ubicados en distintos barrios de la ciudad de
Buenos Aires, finalizaron los festejos del carnaval que se
desarrolló todos los fines de semana de febrero al son del
ritmo murguero, expresión típica de la identidad porteña
carnavalera.
La fiesta del Dios Momo, la más popular e
importante del verano porteño, convocó este año a más de 15
mil artistas populares, quienes con sus agrupaciones de
carnaval desplegaron su movimiento, colorido y alegría por las
calles de Buenos Aires, ante un público que colmó los tablados
barriales.
Los festejos carnavaleros tuvieron
durante este febrero, como uno de los momentos centrales, el
desfile de murgas que se realizó el martes pasado por el
centro porteño, martes de carnaval, para reclamar que se
restituya el feriado nacional de carnaval que la última
dictadura militar sacó del calendario argentino.
El carnaval volvió a festejarse hace más
de 10 años cuando un grupo de murgueros emprendió el camino de
la recuperación de esta fiesta que décadas antes había
resplandecido en los barrios porteños, y que en el '76 fue
prohibido.
En 1997 una ordenaza
declaró a las murgas patrimonio cultural de la ciudad y dio
impulso a los festejos de febrero que organiza la
Comisión
de Carnaval (integrada por representantes del Ejecutivo
porteño, del Legislativo y de las murgas) y el Programa
Carnaval Porteño del ministerio de Cultura de la ciudad. |