Un lugar que no conoce crisis financieras mundiales, el puerto de Punta del Este recibirá por estos días y hasta fin de año, gran cantidad de yates provenientes de distintos puntos del mundo.

Sin embargo, de las 512 amarras compuestas por 342 marinas y 170 borneos, el 85% de su capacidad esta ocupada por barcos de bandera argentina y estará colmada hasta marzo.

Por ello, ya hay barcos arriban al puerto sin amarra y especulan con claudicaciones sobre la hora, pero cada temporada -y ésta no será la excepción- un promedio de 150 embarcaciones deberá poner proa de regreso a Buenos Aires, sin haber podido quedarse.

En los barcos, que permanecerán anclados 60 días en puerto, no viajan sus dueños.

El trasiego de las 12 horas de viaje de Buenos Aires a Punta del Este -seis por agua dulce, el resto, por mar- lo emprenden patrones y timoneles contratados especialmente.

Y son sólo un puñado los propietarios que hacen del barco su hogar .

Entre los paseos más tradicionales estará el de la Isla Gorriti, los atardeceres en Solanas, las excursiones a la Isla de Lobos y, por su puesto, las noches de champagne con luna llena y estrellas. DyN