"ESMERALDA, JACOB Y EL LOBO"
EL FABULOSO CUENTO
DE UNA NIÑA MEXICANA

03 de Marzo de 2009  
 

Era el amanecer de una hermosa la mañana, oía a los pájaros cantar desde la ventana de mi alcoba, me parecía que eran más o menos las seis y aunque yo no quería, debía levantarme para comenzar mi día.

Y como de costumbre se me fueron los minutos como segundos, iba tarde a la escuela otra vez.

Mi madre, una mujer de estatura un poco baja del promedio normal, de facciones livianas y de cabello largo chino y negro, me apuraba para no llegar, como de costumbre, tarde.

-Cuídate Esmeralda, Adiós-

Me dijo con voz suave y esperó hasta que yo me despidiera de ella y entrara a la escuela.

Y ahí lo vi, parado como de costumbre en la entrada del colegio, su linda piel morena, sus ojos ligeramente alargados y negros como el azabache y por su frente caía su hermoso cabello negro ondulado que le cubría las orejas.

Jacob, tal vez para muchas otras chicas de la escuela no representaba nada más que otro chico que iba a estudiar pero, para mí , bueno era algo que nunca pude evitar, el me gustaba tanto, y yo creía que era mi secreto hasta ahora…

-Hola Esme!!!!-

Me saludo a gritos Melina, mi mejor amiga, la conozco desde que empezamos el bachillerato.

-Hola Meli-

La salude con un movimiento de mano.

-Como tu amiga que soy debo decirte que no hace falta que finjas conmigo, ya me di cuenta que Jacob te gusta, y mucho, ¿verdad?-

Me lo dijo con un tono tan divertido y burlón, que hasta me gustó, me había atrapado, no le podía decir que no!!!

-Ah, así es, Jacob me gusta mucho-

Dije apenada, y sentí como que mis mejillas se sonrojaban al decir esto, pero después de todo no tenia porqué si era mi mejor amiga, y entre amigas no hay secretos.

-Hay Esme… –

Dijo en tono indiferente, pero yo como siempre no le tomaba importancia a lo que ella pensara de los chicos que me gustaban, porque siempre recibía lo que ella llamaba “críticas constructivas”, pero para mí solo eran críticas para que mejorara mis gustos. Pero esta vez era en serio, de verdad me gustaba este chico.

Sonó la campana del desayuno, y Melina y yo fuimos por algo para almorzar, una vez que tomamos nuestros alimentos, nos sentamos en el primer lugar que vimos solo y alejado del ajetreo escolar, el único inconveniente era que Jacob estaría cerca de nosotras, yo no sabia porqué, pero a él le encantaba estar solo siempre, y eso para mí era excepcional, era como que estaba solo para mi.

Y cuando menos me di cuenta nuestras miradas se encontraron unos minutos.

Podría haber sido mi imaginación como siempre, pero no, había cierto brillo en esos ojos que me encantaban, pero todo término cuando sonó la campana de regreso a clases.

Me molesté porque ese momento, el encanto no pudo durar aunque fueran dos minutos más.

-¡Oh Dios! ¡De verdad se estaban viendo con unas ganas!-

Dijo Melina con tanto entusiasmo que no me sorprendería que me quisiera conseguir una cita con él, y la verdad era que me encantaría que lo hiciera!!!!!

-Está bien lo acepto, ¡Jacob me encanta!, y estoy enojada porque me hubiera gustado que ese momento fuera más largo-

Melina solo sonrío con suficiencia y no dijo nada más.

Por fin el día de clase terminó, todos estaban desesperados por salir del salón de español, guardábamos nuestros útiles con carrera. Y cuando logre salir ilesa de la gran masa de alumnos que se hacían garras por salir del salón, como si hubiera una pestilencia horrible. Sentí que alguien me tomo por el brazo y me jalo hacia un lugar apartado.

-¿Qué demonios te pasa…?-

Me congelé, hacia unas cuantas horas mi primer contactó con Jacob solo había sido visual, pero ahora??

¿Qué iba a decirle?

Porque resultaba que era él la persona que me había desviado de mi camino era nada más y nada menos que el mismo Jacob.

Pero no había tiempo para poder observar fijamente su rostro, pues yo estaba enojada de que me hubiera sacado así de mi camino…

-¿Por qué me…?-

Solo me hizo un gesto con el dedo de su mano diciéndome que guardara silencio.

-No sé qué paso hace rato, pero, me gustó…-

Y me lo dijo con tanta seguridad que creí por un momento que se estaba burlando de mí.

-¿Qué paso porqué?-

Genial, nunca había formulado una pregunta tan estúpidamente como esa, porque yo sabía perfectamente a que él se refería. Jaja.

Sentí que no aguantaría más, solo quería besarlo, y a la vez no, yo sabía que no era prudente besar a alguien que no conozco, pero en él entendí las mismas ganas. ¿Podía ser cierto? ¿Yo también le gustaba a Jacob? .

-Solo quería saber qué piensas de lo que paso hoy, pero ya me di cuenta que piensas lo mismo que yo, adiós.-

Me dijo, me dio un hermoso beso en mi mejilla y se fue.

No podía contener tanta emoción, si no le contaba a alguien lo que acababa de pasar, explotaría.

Cuando mi mamá llego por mí, le conté todo y solo dijo:

- “Hay Esme, no me gusta verte así”.-

El resto del día no pude dejar de pensar en él, en lo ocurrido, recordaba cómo sus suaves labios rozaron como una brisa mi mejilla.

Pero el gusto me duró poco, el resto de la semana no lo vi, ni una sola vez, nadie sabía porque no estaba asistiendo a clases, tal vez era demasiada obsesión por su ausencia en la escuela, pero me preocupaba que le pudiera haber pasado algo malo…

-¡Esmeralda!, ya sé porque Jacob no ha asistido a clases estos días-

Me hablaba Melina haciendo que me sobresaltara.

-¿Por qué?-

Le dije desesperadamente.!!!

-Bueno, básicamente no sé , el porqué no esté viniendo a clases, pero, me dijeron que lo habían visto en el bosque, y…-

-¿Quien te dijo? ¿En qué parte del bosque lo vieron?-

¿Desesperación? En ese momento supe lo que esa palabra significaba: temor.

-Pues no lo sé, solo me dijeron que lo habían visto en el bosque, un amigo suyo no sé…--

Desesperada pasaba de un salón a otro cada vez que sonaba la campana escolar, ansiosa porque el timbre de la salida llegara.

Y al fin, sonó el último timbre que anunciaba la salida.

No me di tiempo de nada, no me despedí de nadie, ni le avisé a mi madre que haría otras cosas después de la escuela.

Corrí hacia el bosque lo más rápido que pude, solté la mochila de prisa, no sabia porque me sentía así, que era lo que me hacía estar de esa forma, tan desesperada, pero tenía el presentimiento de que pasaría algo malo.

De repente, me detuve en seco, un animal enorme, un lobo me parecía, estaba frente a mí, mirándome con ojos llenos de odio, listo para atacarme.

Sentí un tirón en mi brazo que me hizo caer al suelo.

Me volví para ver porque había caído, y ahí estaban, esos ojos color azabache, mirando hacia el lobo de frente, pero detenidamente me puse a pensar, ¿Qué hacen esos ojos en un lobo?

El segundo lobo le gruñó al primero, y este obedeció a lo que el primero le ordenó o lo que sea.

Pero se fue corriendo dejándonos al lobo con ojos color azabache y a mí solos en mitad del bosque.

Fue increíble lo que mis ojos vieron, el corazón me latía muy deprisa.

De pronto el lobo ya no estaba frente a mí, ahora era Jacob quien estaba frente a mí, dándome una fría mirada, me encogí de hombros, y tímidamente le devolví la mirada, apretó los labios, conteniendo las palabras, pero no pudo más y comenzó a hablar duramente.

-¿Por qué viniste? ¿Quién te dijo que yo estaba aquí?.-

-Am, yo…-

No podía hablar, estaba atónita por lo que acababa de ver. Me tomó por los brazos y me levantó bruscamente, estrujándome, gritaba porque estaba en el bosque.

-¡Ya! ¡Jacob me lastimas! ¡Suéltame!-

Le grité, cerrando los ojos, de pronto se detuvo, me bajó con delicadeza, y tomando aire me volvió a preguntar…

-¿Qué haces aquí?.---

-Yo, me preocupe por ti…-

-¡Nadie te pidió que te preocuparas por mí!!!!-

Me gritó y sentí que las lagrimas me brotaban en mis ya húmedos ojos, estaba asustada, pero él, al verme de esa forma, hizo un nuevo intento por recuperar la cordura.

Me sequé las lagrimas rápidamente, y me alejé de él dando pasos hacia atrás, pero no lo permitió.!!!

Me tomó de las manos…

-Todo está bien, no te va a pasar nada malo mientras estés conmigo-

Me aseguró, intentó abrazarme pero no se lo permití, estaba demasiado asustada como para dejar que un hombre lobo me convenciera de que no me iba a pasar nada estando cerca de él.

Y era lo más sensato.

¿Quien en su sano juicio iba a sentirse seguro con un licántropo?

-Está bien, es normal que reacciones así después de ver todo esto-

Me habló tranquilamente.

-Pero ¿cómo? ¡Creí que estas cosas, solo eran historias, solo mitos…!-

¿Me estaría volviendo loca? No, era demasiado real para ser una alucinación.

-Pues no. La verdad, no sé como explicártelo, pero prométeme que no le dirás a nadie lo que acabas de ver, por favor.---

-Es que ¿Cómo pudiste? Enserio estoy asustada…- de verdad estaba muy asustada.--

-Calma, ya te lo dije no te pasara nada malo si estás conmigo… -

Pero esta vez, me lo dijo de una forma muy diferente, como si me estuviera pidiendo que me quedara con él.

No estaba segura de lo que me quería decir, ¿estaría pidiéndome algo? O simplemente me estaba asegurando que en el bosque y en su compañía estaría segura.

No lo sabia.

De pronto se acercó a mí con paso seguro, me estrecho en sus brazos y me volvió a repetir las mismas palabras.

-No te preocupes, si estás conmigo nunca te pasara nada malo. Esmeralda, yo…--

-No lo tienes que decir, lo sé, yo siento por ti lo mismo, desde que te vi.-

El corazón me latía aun más rápido, se me dificultaba respirar estando tan cerca de él.

Y de pronto pasó!!!!

Sus suaves labios rozaban los míos con fina delicadeza, sentía como su lengua sensual se acercaba a la mía y penetraba en mi boca, de pronto las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos, el sentimiento en ese momento era inconfundible, era amor!!!

Se hizo de noche, cuando abrí los ojos no veía nada, solo los suyos, que extrañamente, brillaban de un color verde azulado.

La noche era fresca, pero su cuerpo desnudo estaba cerca del mío, era excitante y me transmitía su calor, yo mi fuego.

Aun sin poder ver, disfrutaba de la oscura noche que nos cobijaba en el bosque podía sentir sus largos cabellos entre mis dedos y con ellos jugueteaba.

Nuestros gemidos rompían la quietud de la noche, era solo Amor, Amor que había estado guardado por mucho tiempo, un amor silencioso del que nosotros mismos no nos habíamos dado cuenta que necesitamos tanto entregárnoslo.

Llegaba la mañana, los pájaros volaban libremente por el cielo inmensamente celeste, y él estaba a un lado de mí, tan perfecto como el cielo mismo, mirándome profundamente, con el brillo de sus ojos que se reflejaba cada vez que me veía.

Y todavía manteniendo esa mirada llena de ternura, me dijo, lo que no le permití decirme la noche anterior.

-Esme, te amo!!!!-

Rompí en llanto, pero era alegría!!!!

-Yo también te amo Jacob-

Impresionante lo que dos palabras y el mismo sentimiento pueden transmitir

Nos fuimos…………..

Des pues de explicarle a mi madre porque desaparecí (a excepción de nuestra noche juntos y del hecho de que Jacob era un hombre lobo) inesperadamente lo aceptó muy bien.

No quedaba fuera el hecho de que yo ya era parte de su manada, siendo él, el líder, yo, su esposa, con dieciocho años y el diecinueve, vivimos juntos desde aquel entonces.

Amándonos infinitamente, siempre el uno para el otro, con una vida por delante, y un sueño que nunca murió pese al hecho de haber sido realidad, nuestra existencia siguió, juntos en todo momento. Abigail Chavez, scooby_punck@hotmail.com, Chihuahua, México. Una jovencita de 14 años que aun no inició la preparatoria.!!!
( un proyecto de gran escritora!! )
Aquí está la verdad desde el inicio por esos somos MUJERES Y ALGO MAS!!!!
 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 

La menos pensada