LEYES QUE NO SE TRATAN
ELECCIONES Y MAS ELECCIONES
PERO MIENTRAS NO HACEN NADA

17 de Marzo de 2009

 

"Los padres desdibujados"

La lectora es una conocedora de estos temas que hacen al ordenamiento legal de las cuestiones afectivas de las personas. Licencias, adopciones, leyes en fin, que determinan el modo de organización de las sociedades. Allí donde se ve el verdadero progreso de las naciones.

Y es allí donde observamos que nuestros legisladores están en mora. Hay muchas presiones e intereses en torno al tema. Y en el Congreso las modificaciones se demoran demasiado respecto, por ejemplo, de las licencias laborales para padres adoptivos, de niños prematuros y de embarazos múltiples. Sería un paso de bienvenida madurez entender que con esas modificaciones legales no se busca perjudicar a los empleadores. Se trata de igualar los derechos de todos los niños, de todos los padres y de todas las madres.

La doctora Ramos repasa en esta carta las asignaturas pendientes en materia legislativa. Mucho para hacer en el Congreso. No todo es cuestión de adelantar las elecciones y reclamar consenso: hay demasiadas leyes importantes en lista de espera.

Esas leyes que no salen...

Para equiparar los derechos de todas las personas que trabajan, sin distinción de sexo y de género, se necesitan leyes nuevas y completas, pero también otras prácticas judiciales, diferentes acciones sindicales y un rol activo de todos los actores sociales. Y lo más importante, dejar de lado prejuicios para reconocer que los hombres no son ajenos a los problemas de género.

En materia laboral, en tanto a los hombres no se les conceda el mismo tipo de licencias que a las mujeres ante la llegada de un hijo, será muy difícil que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres. Pero por otro lado, también será difícil que los hombres puedan ejercer y disfrutar de la paternidad de un modo pleno.

Si bien hay proyectos para reformar la actual ley de trabajo (mayores licencias, equivalencias en los casos de adopción, mecanismos para efectivizar la organización de guarderías en lugares de trabajo, permisos de lactancia, y un largo etcétera), han quedado en la nebulosa congresal; los que tuvieron más suerte flotan con media sanción de la Cámara de Diputados, pero igual carecen de operatividad.

En el caso de los hombres trabajadores, la Ley de Contrato Trabajo señala que la licencia de paternidad es de dos días corridos por nacimiento de hijo. Así, la figura del padre queda desdibujada y desprotegida en un ordenamiento legal que sólo reconoce la "Protección a la Maternidad". Otro aspecto es el de los padres y madres adoptantes, a quienes el vacío legal castiga rotundamente, dejándolos con la única opción de la vía judicial para la validez de sus derechos.

También resulta contradictorio que los padres trabajadores no tengan protección legal en relación a sus hijas e hijos, cuando hasta el año 1985 la patria potestad era unipersonal y exclusiva de los hombres. Algo similar puede aplicarse a las madres y padres adoptantes: la legislación civil y las prácticas judiciales en este sentido han evolucionado, y sin embargo, su correlato inmediato en la faz laboral, definitivamente no.

De hecho, las leyes laborales y sociales argentinas se encuentran estancadas en comparación con otras legislaciones. Es una tendencia mundial, siguiendo el modelo nórdico, el uso de políticas para optimizar la relación familia-trabajo, sin distingos de sexo ni de procedencia.

Los hombres que deseen cuidar a sus hijos e involucrarse activamente en el hogar se tropezarán con limitaciones provenientes de las costumbres y usos sociales, las ideas estereotipadas y los prejuicios. Este es sin duda un problema grave para resolver mediante políticas educativas en donde se incluya la perspectiva de género.
 

Cartas al País, diario Clarín del 15.03.2009
 

Luciana Micaela Ramos
micaela.ramos@gmail.com