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PARTIDO Y SIN VUELTAS!!

1º de Abril de 2009

Mirtha discrepó de Susana y criticó al gobierno

“Cristina es una actriz frustrada”

En el programa de Chiche Gelblung, la diva se diferenció de la Giménez al señalar que “la única justiciera debe ser la Justicia”. Y al hablar de los K usó la frase célebre de Reutemann: “Vi cosas que no me gustaron”.

 “Con este gobierno no me llevo... no me llevo nada”. Firmado: Mirtha Legrand. Sucedió durante el reencuentro entre la Reina Madre de la televisión argentina y quien le dio el título, Chiche Gelblung, en el programa que el periodista conduce en Canal 13, 70-20-10. La Legrand criticó a Cristina Kirchner, aunque fiel a su estilo lo hizo con amabilidad: “Creo que es una actriz frustrada. Y ojo, que no lo digo como crítica. Ella tiene algo maravilloso: tiene un lenguaje excelente, un gran vocabulario. Se viste bien, habla con la gente, es coqueta, hace las cosas que hacemos nosotros”, dijo. Gelblung le replicó: “Tienen cosas en común”. Mirtha, muy seria, le respondió: “No, yo nunca podría dirigir un país”.

Legrand llegó a 70-20-10 después de que Chiche la llamara “ingrata” en su ciclo de Radio Mitre, ante la negativa de la actriz de ser su primera invitada del programa televisivo. La historia de desencuentros entre ambos es muy larga: la leyenda dice que Mirtha no le perdonaba al periodista una tapa de revista Gente, que él dirigía, y que no la favorecía ante sus fans. A ese episodio se sumó el famoso video que el conductor de Memoria pasó por Canal 9 y que la mostró casi gritando “carajo, mierda” fuera de cámara a sus colaboradores. Pero el nuevo encuentro fue distendido y se habló de todo. En principio, de las declaraciones sobre la pena de muerte de Susana Giménez. “Susana se equivocó; la única justiciera tiene que ser la Justicia”, dijo Mirtha, y declaró no ser partidaria del castigo capital y “sí de la reclusión perpetua”, algo en lo que Chiche coincidió. También aclaró que Susana “no dice ni hace nada por interés; es la persona más generosa que conozco. Somos muy amigas”. Y respecto de la relación de la Giménez con Jorge Rama –y la diferencia de edad– dijo que “yo no juzgo, son cosas que pasan. Con Rama la veo bien”.

La conversación arrancó con la relación que la diva tiene con el actual Gobierno. “Al principio –contó– me caían bien. Hicimos incluso un almuerzo en Calafate y nos llevamos bien. Pero después vi cosas que no me gustaron”, explicó usando la célebre frase de Carlos Reutemann.

Pero hubo más. “Yo los critico porque puedo, y trabajo en total libertad. Lo que no me gusta es la hipocresía. Nos mienten demasiado, nos disfrazan todo. Por ejemplo, lo del INDEC, que es un escándalo. Y que no se acerquen a la gente, que no vayan a un barrio humilde, a una inundación”.

La conversación no sólo giró alrededor de lo político, también sobre su carrera, sus altas y sus bajas, y las altas y bajas de la relación con el periodista. “¿Cómo sabías que me sentaba al lado de la cama de Dany (el hijo fallecido de la Legrand)? A mí me dolió que lo reconstruyeras”. Gelblung explicó que “sabíamos lo que pasaba dentro de tu casa, y hasta teníamos un objetivo apuntando a la ventana del cuarto”. La Legrand entonces contó lo que sentía por la muerte de su hijo y de su esposo, el cineasta Daniel Tinayre. “Los dos me duelen mucho. Pero, bueno, Daniel era un hombre grande. Lo que perdí son las referencias, el diálogo con él. Pero con Dany es distinto. Porque es cierto: no es natural que los hijos se vayan antes que los padres. A mí me pasa hoy que, a veces, veo a alguien parecido a Dany por la calle, un joven, y lo sigo para ver cómo se mueve. Siempre pienso que un día va a abrir la puerta del cuarto y va a entrar. Y no me hace mal pensar esas cosas”. Fue el único momento de los cuarenta minutos de programa donde la Legrand se conmovió y casi se le quebró la voz.

La charla siguió por casi todo: el secreto de la vitalidad de Mirtha (“no tomo remedios –explicó–; a veces me los recetan, los compro y los dejo en la mesa de luz”); su carrera, los distanciamientos entre ella y Gelblung. “Yo ya estoy grande –explicó– y no quiero estar peleada. Yo odio pelearme, ya estoy grande. Me amigué con vos y con otra gente. Aunque siempre aparece gente que no te quiere. Mi problema es que parece que es un pecado ser grande, por eso me molesta cuando se meten con mis años y todo eso”.

Fiel a su estilo, el periodista le habló de la edad. “Bueno, yo tengo varios años menos que vos”. La Legrand, sin molestarse, le preguntó la edad. “Sesenta y ocho”, contestó Gelblung. “Sí, es cierto, tengo varios años más que vos”, sonrió Mirtha aunque el número quedó en misterio.

También habló de las infidelidades de su marido Daniel Tinayre. “Era un hombre muy atractivo y le gustaban mucho las mujeres. Pero yo sé que sólo me amaba a mí. No era que me lo bancaba: la pasaba muy mal. Pero creo que él estaba más enamorado de mí que yo de él. Nunca me voy a olvidar cuando falleció: me miró y dijo ‘te voy a dejar sola’. Esa mirada no me la voy a olvidar nunca”.

Al final, también hubo alguna pequeña chicana. Chiche le entregó un regalo y ella, sonriendo, dijo “¿es de tu anunciante, no?”. Chiche no pudo menos que sonreír ante la Reina Madre.

Pena de muerte, ¿con qué método?

Hubo en la emisión una encuesta callejera sobre la pena de muerte en la que no se preguntó si la gente estaba a favor o en contra del castigo capital; ante una mesa que tenía –tamaño juguete– una guillotina, una horca, una silla eléctrica y una jeringa, se preguntó directamente qué método de ejecución era el mejor. No contabilizó, sin embargo, a quienes se oponían a la pena de muerte. Una joven dijo que prefería la horca o la silla eléctrica “para los crímenes sexuales, por lo que hacen sufrir. En este país tiene que haber pena de muerte para que se acabe la muerte” (sic). Otra mujer dijo preferir “la inyección letal, para que no sufra” el condenado. Otra, que “hay que fusilar, pero la bala que la pague el criminal. Y hay que hacerlo frente a todos sus familiares, para que aprendan”. Tras el informe, por única vez, Mirtha Legrand se mostró tensa. “Con qué ligereza habla la gente” subrayó. Y dijo no ser “partidaria de la pena de muerte, sí de la reclusión perpetua”, aunque también afirmó: “Pero hay que cumplirla; eso es cosa de la Justicia: últimamente han salido muchos que reinciden. Eso no puede ser”.

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La menos pensada