28 de Mayo de 2009 

Insólita historia de desamor en Italia

La boda de mi mejor amigo

Un casamiento terminó inesperadamente cuando la novia se escapó con un conocido del marido tras dar el sí. "Mi corazón me lleva a otra parte", le dijo por celular.

"Comprendí que cometí un error. Lo siento, mi corazón me lleva a otra parte", dijo la mujer al estupefacto marido, convirtiéndose en una especie de Maggie Carpenter, que Julia Roberts recreó en Novia Fugitiva. 

Cuando suceden este tipo de acontecimientos, es cuando el refrán popular “el perro es el mejor amigo del hombre” vuelve a surgir como una verdad incontrastable y todo porque una novia italiana se escapó tras la boda con el amigo del marido, al que dejó plantado junto a los invitados en un restaurante en Trieste, según informó hoy el diario local "Il Piccolo". 

La boda tuvo lugar el pasado 16 de mayo entre Andrea, un empleado de banca de 34 años, y Sara, una chica de 30, empleada en una financiera de Montefalcano, tras diez meses de relación. 

Sara llegó puntual a bordo de un automóvil guiado por el amigo de su marido y vestida de color marfil fue recibida por el novio y los invitados. Después del sí quiero, de las fotos de rigor y del lanzamiento de arroz, la “señora de” pidió ir a cambiarse para estar más cómoda en el banquete y se marchó acompañada por el amigo de su marido, que desde hacía meses jugaba al fútbol con él. 

El marido y los invitados fueron al restaurante y allí, mientras esperaban, brindaron una y otra vez por la felicidad de los novios, hasta que al cabo de una hora y sin que llegara la novia, empezaron a sospechar sobre la extraña situación y comenzaron las llamadas al teléfono celular de Sara pero para sorpresa de propios y extraños; estaba apagado.

Poco a poco "se fue creando un ambiente de funeral" en el restaurante, dice el periódico.

Tras un par de llamadas al amigo del novio, al cabo de hora y medio respondió y pasó el teléfono a Sara: "Comprendí que cometí un error. Lo siento, mi corazón me lleva a otra parte", dijo al estupefacto marido, convirtiéndose en una especie de Maggie Carpenter, que Julia Roberts recreó en Novia Fugitiva.  

La nueva “feliz” pareja partió en viaje de luna de miel hacia Grecia, mientras que a Andrea no le quedó otra que quitarse el anillo y dirigirse a una abogado matrimonialista para conseguir, además del divorcio, resarcimiento por daños materiales y morales. El marido engañado estuvo a tono con la crisis económica mundial ya que poco dijo de su afligido corazón pero sí pensó en su bolsillo:"Se lo podía haber pensado antes, al menos no habríamos gastado tanto dinero en semejante puesta en escena" reflexionó. Crítica de la Argentina.

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La menos pensada