18 de
Junio del 2008
Gonzalo Pieres (h.) y Jamie Paker extendieron los éxitos que
sus padres habían conseguido juntos en todo el mundo en las
décadas del 80 y del 90, y ganaron uno de los torneos más
importantes del calendario internacional con el triunfo por
10-9 en la definición ante Sumaya.
Desde que el polo se profesionalizó con la fórmula patrón más
jugador, formaron la pareja más importante de la historia. Por
éxitos y, también, por elevar la calidad del deporte en el
plano organizativo. Juntos, Kerry Packer, el multimillonario
australiano que fue dueño de varios medios de comunicación en
su país y se enamoró del polo, fallecido el 26 de diciembre de
2005, y Gonzalo Pieres, uno de los mejores jugadores de la
historia, lograron una cadena de triunfos dentro y fuera de la
cancha. Ayer, el Guards Polo Club, en las afueras de Londres,
vio como el legado familiar se prolongó: sus hijos, Jamie
Packer y Gonzalito Pieres, con Ellerston, vencieron por 10-9 a
Sumaya y se adjudicaron la 48a realización de la Copa de la
Reina.
"Estoy muy contento de poder jugar y ganar con la misma
organización que formó papá hace tantos años." Gonzalito
Pieres habla por teléfono desde Inglaterra y de fondo se oye
el bullicio por los festejos en la caballeriza de Ellerston.
Más allá de su logro personal, la historia familiar resulta
indivisible. "Ellos comenzaron con este equipo y ahora
nosotros, los hijos, continuamos esta historia. En el polo es
algo bastante difícil de lograr, seguir con las mismas
familias, los mismos pasos", agrega quien fue distinguido
mejor jugador de la final.
El triunfo en Europa se relaciona directamente con lo que
sucede en la temporada de primavera en nuestras canchas. Junto
con Gonzalito jugó toda la etapa de clasificación Facundo
Pieres, que se lesionó en los cuartos de final y su lugar lo
ocupó Pablo Mac Donough, que con los hermanos juega en
Ellerstina, la versión argentina de Ellerston (el cuarteto
campeón se completó con Max Routledge). En el epílogo, pesó el
mejor juego en los chukkers finales ante el difícil Sumaya,
que contó con los argentinos Alberto Heguy, Milo Fernández
Araujo e Hilario Ulloa, más el patrón Oussama Aboughazale.
El partido fue parejo en la mayoría de los chukkers, con
ventaja de Sumaya en el segundo y la recuperación de Ellerston
en el tercero, para llegar al cuarto igualados en siete. "En
la segunda mitad del partido, se veía que íbamos a ganar",
agregó Pieres. Y así fue: con su conducción y la efectividad
de Mac Donough, Ellerston se llevó la victoria y festejó ante
un Guards Polo Club completo.
"Es mi primer triunfo importante en el polo grande de afuera",
contó Gonzalo Pieres (h.), que recibió de la Reina Isabel II
el premio que antes había ganado cuatro veces su padre. Para
el heredero, fue especial: en su currículum figuraban dos
caídas en esta final y una en la de la Copa de Oro, la otra
competencia de élite del polo inglés. "Lo estábamos esperando
hace rato. Es difícil llegar a una definición entre 20 equipos
tan fuertes. Si se escapaba de nuevo iba a ser bastante feo",
agregó.
-La consagración llegó con el premio al mejor jugador...
-Es lindo, pero a mí me importa ganar. Yo pienso más en el
equipo y este título se lo merece todo el equipo y la
organización de Ellerston.
-¿Sentías una presión extra por las finales perdidas?
-Me daba bronca, porque por más que llegués ahí, siempre
necesitás una cuota de suerte y antes no se nos dio. Yo sabía
que en algún momento iba llegar.
-En la Argentina, en 2005 y 2007, Ellerstina perdió dos
finales de Palermo en el alargue. ¿Este triunfo te sirve para
superar esa situación si se repite?
-Siempre se aprende, de las victorias y de las derrotas. El
triunfo da algo más de tranquilidad, sirve para ganar
experiencia para la próxima vez y en los momentos difíciles
tener la cabeza más fría. Para no desesperarse y estar más
tranquilo si llega otra final de Palermo.
Reproducción textual de la nota de Carlos Beer , De la
Redacción de LA NACIÓN.
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