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La elección del ex futbolista Diego Armando Maradona para
hacerse cargo de la dirección técnica del seleccionado
argentino de fútbol ha provocado dudas, muy disimuladas
reacciones adversas, y es susceptible de plantear arduas
controversias.
Tras la renuncia de Alfio Basile, el sempiterno presidente
de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio
Grondona, se apuró a dejar trascender, primero, y a
confirmar, después, la determinación de designar para
reemplazarlo a quien fuera capitán y jugador de los
equipos nacionales en tres competencias mundiales. Campeón
en México (1986), y subcampeón en Italia (1990), pero
también sancionado por la Federación Internacional de
Fútbol (FIFA), durante el certamen de 1994 en los Estados
Unidos, tras haberse comprobado que había ingerido
sustancias prohibidas, lo cual selló la suerte adversa de
nuestro conjunto.
Así y todo, se le ha dado prioridad a la imagen mediática
del actual practicante del showbol, en lugar, por lo
menos, de tomar en consideración la idoneidad largamente
probada y la sólida personalidad de otros técnicos que en
esta materia específica pueden presentar títulos,
pergaminos y desempeños sin duda mucho más sólidos y de
mayor data.
Al parecer, se ha optado, además, por la veteranía dentro
del campo de juego. Sin embargo, está largamente
demostrado por la práctica que no es lo mismo haber estado
dentro de la cancha que estar fuera de ella.
Tanto en el fútbol como en cualquier otro deporte, el
director técnico -designación que, desde luego, indica un
nivel superior a la de mero entrenador- no sólo tiene que
saber ubicar en el campo de juego a sus futbolistas para
obtener de ellos el máximo posible de un rendimiento
eficiente, sino que debe ocuparse de una diversidad de
otras tareas, para nada sencillas, asimismo inherentes a
su cargo.
Por empezar, debe coordinar dos grupos humanos con
personalidades y caracteres individuales muy diferentes:
uno, el integrado por los futbolistas; otro, el de sus
ayudantes (preparadores físicos, médicos, masajistas,
utileros, etcétera). Respecto de los jugadores, el técnico
tiene que ocuparse y preocuparse por sus contingencias
deportivas, físicas, anímicas, laborales y personales, o
sea que, al margen de lo estrictamente técnico, debe ser
una suerte de consejero que integre con cada uno de ellos
un bloque indestructible y obtenga su plena e inconmovible
adhesión. Y, al mismo tiempo, debe asumir y ejercer la
autoridad, en el mejor sentido de la palabra, del otro
grupo.
Nadie en su sano juicio podría negar las virtudes y
aptitudes futbolísticas de quien ha sido considerado el
mejor jugador del mundo y de la historia de ese deporte.
En cambio, suscita dudas su personalidad, caracterizada
por la permeabilidad a las críticas adversas, cierta
perniciosa y nada disimulada tendencia al egocentrismo, y
un carácter inestable que lo movió a resignar muy
rápidamente anteriores designaciones, por ejemplo, las
direcciones técnicas de Racing y Mandiyú, o la
responsabilidad de supervisar todo el fútbol de Boca. Es
de sospechar que a esa condición tan particular estaría
respondiendo la elección de otro técnico de nota, Carlos
Salvador Bilardo, como manager de nuestro seleccionado. Y,
también, al hecho de que Maradona no está habilitado para
ser director técnico, ya que nunca hizo el curso
correspondiente.
Las encuestas, tan en boga en estos tiempos, tampoco han
sido favorables a la elección de Maradona, incluso a pesar
de que provienen de medios y orígenes dispares. El tiempo
y la realidad, jueces inapelables, sentenciarán, pues, si
esta designación fue acertada o errónea. Ojalá que, para
bien de nuestro fútbol, en definitiva no se compruebe con
el tiempo que se incurrió en una decisión equivocada,
cuando tal vez sea demasiado tarde para remediarla.
Reproducción
textual de la columna editorial del diario La Nación del
2-11-08
04.de Noviembre de 2008
Habla Bianchi
Por
primera vez, Bianchi habló del seleccionado.
Se refirió a cómo quedó afuera de la carrera para dirigir
al equipo nacional.
También
tuvo conceptos para Diego Maradona, Carlos Bilardo y Julio
Grondona.
Carlos Bianchi se refirió a la situación de la Selección
nacional y a la suya en particular respecto de haber sido
candidato a dirigirla, hasta que días pasados el
presidente de la AFA determinó que el técnico sea Diego
Maradona.
El ex entrenador de Vélez y Boca, entre otros equipos, y
preferido en las encuestas para suceder a Alfio Basile,
chateó a través del espacio Charlas con expertos, por
ESPN.
"Aprovecho para contestar varias consultas de la
Selección, ya que es un tema recurrente. ¿A quién no le
gustaría dirigir la Selección de su país? Con respecto a
haber dicho tres veces que no, es porque no me gusta la
manera de trabajar que tiene el presidente de la AFA,
situación que me pone fuera de juego", fue uno de los
conceptos más potentes que tuvo en referencia a Grondona,
con quien hizo públicas -de esta manera- sus diferencias,
algo que siempre se supo y sospechó pero a lo que el
entrenador no hizo referencias.
De Maradona y Bilardo, sostuvo: "Estoy pensando solamente
en que Argentina vaya al Mundial y sea campeón del mundo
en 2010".
"Sobre Maradona no voy a opinar, porque no lo considero
necesario", sostuvo además.
Según el informe al respecto del
diario La Nación, uno de los participantes
del encuentro hizo referencia a que fue menospreciado por
el presidente de la AFA. "Agradezco tus conceptos, pero no
te olvides que en nuestro país hay muchos que se conducen
de esa manera", respondió.