19 de Junio de 2009
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Sudáfrica puede poner en escena un ensayo general con la Copa
Confederaciones.
Mientras el entusiasmo crece en Sudáfrica por la Copa del Mundo de
Fútbol del año que viene, las dudas continúan circulando en el
extranjero sobre si el evento deportivo será exitoso. Pero,
¿cómo van los preparativos?
Todavía
falta un año para que el mundial se ponga en marcha en
Sudáfrica. El 11 de junio de 2010, en el estadio Soccercity de
Johannesburgo, los jugadores de ese país entrará en el terreno
de juego ante más de 90.000 espectadores para disputar el
partido inaugural del torneo.
"Estoy
bastante nervioso", reconoce el encargado de la construcción
del estadio, Mike Moody,
al imaginar la escena. "Estaré
esperando los gritos de 90.000 aficionados; va a ser una tarde
increíble, con una banda de música y los tambores de guerra
zulúes, imagino. Muy espectacular". A las obras
del estadio todavía les quedan cinco meses, pero ya casi se
puede imaginar completo. El trabajo estructural acabó hace
tiempo y la mayoría de los asientos anaranjado brillante ya
están instalados.
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Cubierta de los colores del fuego y la tierra, el estadio
tiene la forma de un puchero africano.
Moody
explica que a causa del diseño de alta tecnología del estadio,
ningún espectador estará a más de 100 metros de la acción y no
habrá zonas de visión restringida. Él cree que
será una de las canchas más avanzadas del mundo. El exterior
está diseñado para que se asemeje a un puchero de cocina
africano.
El
revestimiento es un mosaico con los colores del fuego y la
tierra y, cuando esté completo, un anillo de luces alrededor
de la base de la estructura simulando el fuego bajo el puchero
completará la panorámica. Ésta será la
respuesta sudafricana al Bird Nest olímpico de Pekín. Mala prensa
En otros
lugares del país, los demás estadios están tomando forma y
serán casi tan impresionantes como del de Johannesburgo.
El estadio
Greenpoint de Ciudad del Cabo, con sus vistas sobre Table
Mountain, seguro que cautivará a los miles de millones de
telespectadores que atraerá el torneo. Pero los
organizadores de la competición sienten la prensa no ha sido
bondadosa con ellos.
No todo fue
tan fácil como la construcción de los estadios. Hubo polémica
sobre algunos proyectos de transporte, y algunas personas aquí
cuestionaron si un país en desarrollo debería gastar tanto
dinero en un acontecimiento deportivo cuando mucha gente vive
en la más absoluta pobreza.
Hasta ahora
nadie parece estar en condiciones de justificar las
sugerencias de que podría ser necesario trasladar a otro país
el Mundial de 2010. "Ya
hablaremos de esas cuestiones el 11 de julio, después del
silbato final, cuando ya no hablemos de pronósticos, de lo que
podría o no podría pasar, sino de hechos", dice
Danny Jordaan,
jefe del comité organizador local.
Sudáfrica
tiene una oportunidad para poner en escena un ensayo general
con la Copa Confederaciones, que comienza este fin de semana. En cuanto a
las preocupaciones por la delincuencia, Jordan apunta que la
Premier League de cricket de la India se trasladó
recientemente a Sudáfrica, precisamente, porque se creyó que
iba a ser más segura.
¿La mejor?
Los
organizadores, de hecho, se están poniendo metas altas.
Prometen que será la mejor Copa del Mundo de la historia, pero
varios factores juegan en su contra.
La recesión
global les obligó a recortar en torno a 300.000 la previsión
del número de visitantes, lo que significa mucho menos de lo
esperado, y además, los pobres resultados del equipo nacional
amenazan con aguar la fiesta en Sudáfrica.
PREVISIONES
![](http://www.bbc.co.uk/worldservice/assets/images/2009/06/11/090611185715_sp_sudafrica_ap_226.jpg)
La recesión global obligó a recortar en torno a 300.000 la
previsión del número de visitantes
y los pobres resultados del
equipo nacional amenazan con aguar la fiesta.
Los mundiales de fútbol de más éxito suelen ver a un equipo
anfitrión con una buena actuación, que enardece a la afición
local. El sueño en Sudáfrica es unir tras una causa común a un
país a menudo dividido, pero hasta el momento, esa causa (la
selección nacional, conocida como "Bafana Bafana") no
está poniendo mucho de su parte y languidece en el puesto 72
del ranking mundial, por detrás de Panamá, Bahrain y Gambia.
Teniendo en cuenta que la mayoría de la población blanca no es
tradicionalmente aficionada al fútbol, las previsiones de una
celebración a lo largo y ancho del país se ensombrecen.
"Todo se
reduce al éxito. Si te soy honesto, prefería ver el rugby
donde que tenemos más posibilidades de ganar", comenta
el ex Bafana Bafana Mark Fish.
"Hemos ido de arriba abajo, y ahora
estamos rezagados por detrás de la mayor parte de África".
Hechiceros
Dadas las
circunstancias, algunos aquí cuestionan si el desembolso, que
se cree que puede rondar los US$3.300 millones, un dineral
para un país en desarrollo. Incluso a la sombra de alguno de
los estadios aún por estrenar, la gente vive en la mayor
miseria. Pero la Copa Mundo dejará un legado para algunos.
En áreas de
Soweto donde antes había chabolas y tierra contaminada se
están plantando árboles y se está creando una zona de jardines
para dar la bienvenida al esperado flujo de visitantes. Y en
la escuela de fútbol local, los niños juegan ahora en pistas
de césped, en lugar de sobre el polvo.
La pasión y
el color de los aficionados al fútbol en esta zona deberían
asegurar la fiesta a los visitantes, aunque esto no ocurra con
el conjunto de la población anfitriona. Y algunos bien podrían
recurrir a métodos poco ortodoxos para animar a los Bafana
Bafana. Fish, ex jugador del mayor equipo de Soweto, los
Orlando Pirates, habla sobre la fe de la hechicería en el
fútbol. Dice que ni siquiera quiere pensar en algunas de las
pociones que le obligaron a tragar durante su carrera como
futbolista.
Los
hechiceros están sin duda afilando sus huesos de pollo. Podría
ser la mejor oportunidad de éxito para Sudáfrica. En la
cancha, al menos.
Simon Hancock,
BBC, Sudáfrica.
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