FERNANDO PEÑA: SIN ANESTESIA:
Comentarios sobre la masacre
de unos "buenos chicos",
todos en el camino de la droga
como gran parte de nuestra sociedad

20 de Agosto de 2008

 

 

SE GANARON LA COLUMNA:
TODA LA MAFIA DE A.LATINA AQUÍ EN BS. AS. CON SU DROGA Y ASESINATOS-LA INSEGURIDAD E IMPUNIDAD DE TODOS LOS DÍAS ETC, ETC. LA REALIDAD VISTA POR FERNANDO PEÑA: SIN ANESTESIA

 

Pum, pum, pum

Tres pichis a los que la familia llama chicos buenos de barrio, trabajadores y que no andaban en nada raro no son asesinados de esa forma. Por Fernando Peña

La vida no vale nada. Digo que la vida por sí sola no tiene valor. Tiene valor lo que hacemos en la vida. Y para eso, la regla primera e indispensable es morir con algo hecho, que te maten con algo hecho; jamás que te asesinen sin nada hecho. Un inútil muerto.

Para hacer algo mal hay que hacer las cosas bien. Tres pichis de cuarta que quisieron “pararse” en dos minutos traicionando a una mafia poderosa se merecen mucho menos que la muerte. Merecen vivir maniatados con cadenas en un cuarto de dos por dos, que los quemen con brasas de cigarrillos y que les griten “boluuuudoooos” para siempre. Tres pichis a los que la familia llama chicos buenos de barrio, trabajadores y quenoandabanennadararo no son asesinados de esa forma. Jamás. Tres tristes pichis que casi ni se conocían entre sí. Las cuentas no me cierran.

Tres tristes pichis que un día se creyeron el cuento del gran piola argentino. Tres tristes pichis que volvieron como Michael J. Fox con la máquina del tiempo a la secundaria y sin inocencia alguna pero con mucha pelotudez y pija de guapito, decidieron “hacerla”. Puedo verlos en un restó de Palermo cualunque habiendo tomado la estúpida precaución de sacarles las baterías a los celulares. ¡Cuando lo peor es lo que hablan con la batería puesta! Los veo riendo a carcajadas y tomando una Quilmes, cultivando nuevas amistades. Brindando por su destino de cierta fortuna.

En este momento, me paro como una doña con los brazos en jarra y digo: “Algo hicieron, y a mí que no me vengan con el cuento de que los mataron injustamente, y en esto está el gobierno, y a Scioli ahora la que se le viene, agarrate, y Cristina que se cuide porque es por ese Chávez vio?, y esto va a destapar otra olla todo está corrupto. Es una vergüenza pobres chicos… pero igual los usaron, dicen que uno había puesto plata para la campaña, y andá a saber ahora van a caer unos cuantos, qué va ser…hasta lueguito…”.

Separemos los temas. Pensemos. Preguntémonos. ¿Matar siempre está mal?: creo que sí. Pero tampoco tentemos al asesino y menos cuando el asesino es mejicano o colombiano, o sea caribeño y caliente. Caribeño y caliente con vocación, con bolero, con cumbia, con pasión. Con convicción. Con convicción de estómago vacío, y no con necesidad y caprichito de nene de clase media que era bueno en el fulbito y no llegó a Messi.

¡Era un negocio tan fácil...! Vale menos acá, vale mucho más allá, vendeme, dividimos la diferencia y estás vivo. Era simple muchachitos... qué lástima... o qué suerte... ya no van a hacer más cagadas... No se preocupen, cuando yo muera, sus familias también van a gritar: “¡Qué suerte!, ese putazo ya no escribe más en los diarios”.

Se me vienen a la cabeza montones de letras de tangos... “Pa' lo que te va a durar”, “…lo que hacemos por un mango”, y hasta “pobre y solterona te has quedado”.

Para un escritor de contratapas lo ocurrido es un bufet guarango de hotel cinco estrellas… no sé por dónde empezar… ¡es todo tan rico! Tiene todos los ingredientes de una película, el gobierno involucrado, fronteras que se corren, sustancias prohibidas que no llegan a ser la droga conocida, Al Pacino, Marlon Brando, un gobernador manco, su mujer que tiene recetas de cremas glamorosas que te rejuvenecen y el final sabido… tres tristes pichis muertos en su ley, en una zanja. Y, como siempre, el guión de la realidad argentina siempre queda enorme. ¡Coppola, rompé esa película de mierda que acabás de hacer, que te trajo tantos dolores de cabeza, y filmá de una vez por todas la realidad que se presenta sin costos ante tus ojos! Directa de fábrica.

Abordo por partes. Haciéndome el discreto, miro el bufet froid como un nene en Navidad, un nene inhibido, pero finalmente agarro el plato tímida y torpemente y me sirvo, y escribo: “Entrada: Gobierno corrupto comme il faut a la Bonaerense. De segundo: Negros guatones en su tinta. Sorbet: Parfait de desesperación y deudas. Principal: Negocios peligrosos no aptos para mocosos. Y el postre: Tres tristes pichis quemados al rhum”.

¿Se dan cuenta de lo fácil que era? Estaba todo escrito, y ni hace falta que te lean las cartas. Y los medios, como sobremesa, esos medios miedosos que titulan: Tres empresarios secuestrados y masacrados, y usted, señora, queda aterrada pensando que le puede suceder a usted, y usted, mafioso de guante blanco, sabe que a usted jamás le sucedería porque usted sí sabe lo que hace. Esto les sucede solamente a tres tristes pichis.

Separemos otra vez. Comprendo el dolor de la familia y sé que en este momento sólo piensan en que soy nada más que una pluma venenosa y filosa que quiere sobresalir poniéndole brillo y ocurrencia a la carroña de los cuerpos que siguen descomponiéndose mientras escribo. También comprendo que esto no es broma y que no podemos seguir llamando a estas tierras sin dueño… país. También comprendo que sólo comprendo una pizca de toda la preparación. Una vez, mi abuela me dijo que todo es mucho más profundo y complejo de lo que se ve… o algo así… no recuerdo, era muy chico.

No me da pena para nada, sí mucha bronca. Pero no bronca por la desidia y la falta de consideración del gobierno y su truope, bronca por los tres tristes pichis. Reitero. Chicos, ¿no era que eran vivos? ¿No era que se las sabían todas? Una de las cosas que más me calentaban era el langa argentino y me lo terminaron de matar, muchachos. Se murió con ustedes. A ver ahora quién se anima a hacer negocios con los negros guatones caribeños... que pase el que sigue.

Hay varios tipos de mafias y la mafia argentina, como todo lo argentino, es cómoda y tibia, es bon vivant. Jamás considera la muerte. Considera el Alvear, Colmegna, Hipopotamus, Rond Point y Mau-Mau, todo regado con Jacobo, Monzón y Susana. Era otro juego, chicos, se corrieron las fronteras gracias a los acuerdos, al petróleo, a la falta de alimentos y la falta de ideas. Ahora sí somos América del Sur. Ahora sí los pendejos de San Isidro se van a tener que meter las teorías del comunismo en el ojete. Ahora sí que estamos todos unidos. Ahora sí que te vas a tener que comer crudo el cuento de que Buenos Aires es la París de estas latitudes.

Son la primera muestra de que ya un ministro amigo no te sirve. Son la primera muestra de que la noche, Cóppola, Charly y Poli ya fueron, son la primera muestra de que para hacer las cosas mal hay que pensar inteligentemente... y que ya no existen los comisarios amigos. Ya el lobby de Neustadt y Hadad caducó y la efedrina te durmió. Se llama efectos colaterales...

Si hubieran alquilado la última de Sydney Lumet... tal vez no decidían cometer esta estupidez. La verdad de la milanesa, y en criollo, es que tres boludos se metieron en un quilombo. Punto. El tema es cómo la Justicia justificará todo esto. Los tres tristes pichis son la última generación de cancheritos. Son la bisagra entre estar vivos y ser unos vivos muertos.

Fin, música, títulos.

Reproducción de la columna de Fernando Peña , del 16-08-08 en el diario Critica de la Argentina.