01 de Septiembre de 2008
El 3 de setiembre recibirá en Mendoza la máxima distinción que
otorga la Sociedad Americana de Mamíferos. Distingue por
primera vez a un científico sudamericano.
El ingeniero agrónomo y biólogo mendocino Virgilio Roig, de 78
años, se convirtió en el quinto científico del mundo y el
primero de Sudamérica en ganar el premio Aldo Leopold, máxima
distinción que entrega la Sociedad Americana de Mamíferos (American
Society of Mammalogists, ASM), basada en la ciudad de Lawrence
(Estados Unidos).
En el contexto mundial de la ciencia y la investigación, el
galardón es muy destacado y recae en el otrora director del
Zoológico de Mendoza por su contribución a la conservación de
los mamíferos silvestres y el conocimiento de su biodiversidad
en el mundo.
Este es el reconocimiento más importante que prevé la ASM a
nivel internacional y que hasta ahora sólo había sido
concedido a cuatro científicos, el primero perteneciente a la
Universidad de Harvard, el segundo a Conservation
International, el tercero a Wild Life Conservation Society y
el cuarto a la Universidad Autónoma de México.
Es la primer a vez que el lauro es otorgado a un científico
sudamericano, y en este caso la American Society, de la cual
Roig es miembro per vitam (de por vida), reconoció las
contribuciones realizadas a la conservación de los mamíferos
silvestres.
El galardón debió llegar a las manos del mendocino en junio
pasado, en Estados Unidos, pero como el científico local se
encontraba de viaje, la American Society lo entregará en
Mendoza el 3 de setiembre, en la sede del Centro Científico
Tecnológico-Conicet Mendoza (ex Cricyt), donde Roig es
investigador emérito.
Para ese cometido vendrá un representante oficial de la ASM,
Richard Sage, profesor de la Universidad de California, quien
entregará la distinción al fundador del Cricyt y creador del
Iadiza.
Roig se recibió de ingeniero agrónomo en la Facultad de
Ciencias Agrarias de la UNCuyo, pero desde muy joven se dedicó
al estudio de los mamíferos silvestres, contribuyendo a la
creación de las reservas naturales de Mendoza, en particular
la de Ñacuñán (Santa Rosa) y las de Telteca (Lavalle),
Aconcagua, Payunia y Llancanelo.
Sus estudios sobre el impacto de la desertificación en la
fauna de mamíferos de América del Sur son la base para el
conocimiento de las poblaciones que existieron y que quedan
casi como relictos.
La protección de los animales, el manejo de las especies en
peligro y el valor de la conservación a través de la educación
pública fueron aspectos tratados en un diálogo realizado en el
living de su casa, decorado en buena medida por las expresivas
pinturas su padre, el pintor catalán Fidel Roig Matóns.
-¿Los mendocinos cuidamos a los animales?, se le preguntó al
Doctor Honoris Causa de varias universidades.
-La gente de la ciudad es la que habitualmente hace caza
ilegal, abusiva. Siempre lo ha hecho. Pero, el hombre del
campo, el puestero, caza lo estrictamente necesario para
sobrevivir. No mata un ñandú si no necesita comida, respeta la
fauna silvestre.
-¿Qué puede hacer la escuela en la protección de la
naturaleza?
-Hace falta que los programas de estudio tengan más contenidos
de flora y fauna locales. Los alumnos deberían conocer más las
especies vegetales y animales autóctonos y los suelos. Cuando
los niños van al Zoológico (que dirigió 12 años y donde
trabajó de joven como empleado administrativo) salen con una
concepción distinta de la naturaleza.
-¿Qué opina del Zoológico?
-Hace mucho que no voy. Logramos algunas cosas, como
reproducir especies que se reintroducían a su ambiente natural
y que los alumnos de la Facultad de Veterinaria de la
Universidad Maza hiciesen 6 meses de pasantía en el Zoo. Fue
la primera vez que se concretó algo así en el país, pero ya no
se hace. Eliminaron la planta de reciclaje de residuos y el
proyecto educativo que alcanzaba a más de 30.000 alumnos por
año. Eso no estuvo bien.
-¿Qué animales de la fauna local están en peligro?
-Podemos hablar de la casi extinción de guanacos y ñandúes. De
una población de un millón de guanacos que tuvo la provincia,
hoy no hay más de 4 a 5 mil ejemplares. La culpa de esto la
tienen las cacerías civiles y militares del animal.
Gigantescas cazas de guanacos han sido hechas por personal
militar en Uspallata y en Campo los Andes. Es muy auspiciosa
la actual recuperación de aves rapaces. La conservación es el
cuidado de la fauna, la flora, el suelo y el ambiente, incluso
del hombre mismo.
-¿En qué estado se encuentra la conservación en Cuyo?
-A pesar de todo, ha mejorado en los últimos 50 años con una
mayor concientización. El problema es que la conservación
tropieza con los grandes capitales, que quieren hacer
explotaciones sin gastos y sin protecciones. El programa de
esquila controlada en guanacos en la Payunia es un progreso.
-¿Qué se puede hacer con la enorme proliferación de perros
sueltos?
-Un problema complicado. Debe ser atendido por las
municipalidades, es un tema municipal y es necesario un
programa provincial. Hay que llegar a la castración de las
hembras. grupopampanatural.org.ar
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