24 de Octubre de 2008
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Llevar
las ideas de cada cliente a una escala arquitectónica real es
uno de los mayores desafíos de los arquitectos a la hora de
proyectar una casa. Con casi 50 mil M2 proyectados y
construidos, el Arq. Alejandro Apa –Director de Proyectos de
Stieglitz- cuenta algunos secretos para lograr una relación
basada en la confianza y la complicidad con el cliente.
Además, destaca las últimas tendencias en el diseño de
residencias de mediana y gran escala.
El
Arq. Alejandro Apa es Director de Proyectos de
Stieglitz -una empresa líder con más de medio siglo
de trayectoria en el país- y bajo su dirección se
han proyectado y construido más de 160 viviendas
unifamiliares, permitiéndole adquirir una vasta experiencia en
hacer realidad las ideas de sus clientes a la hora de
materializar su casa. Según explica: “En cada proyecto trabajo
en lo que defino como arquitectura emocional,
que significa actuar como un psicólogo capaz de llevar las
fantasías de cada cliente a una escala real. Todo debe partir
desde los sueños de los futuros habitantes de las casas. Hoy,
el mayor reto del arquitecto es saber plasmar a través de un
proyecto arquitectónico las ideas y aspiraciones de cada grupo
familiar. Por lo tanto, hay que aprender a escuchar con
todos los sentidos y muy atentos al proceso, para conocer
en profundidad los pensamientos de cada integrante. Es
imprescindible generar un fuerte lazo de confianza para
que el cliente pueda expresarse ya que, muchas veces, dice
algo que no es exactamente igual a lo que está pensando. Por
ello, es necesario hacer un fuerte trabajo de análisis y
decodificación de su lenguaje.
Junto a
su experimentado equipo de profesionales, el Arq. Alejandro
Apa diseña y construye cerca de 20 casas por año. Conoce las
últimas tendencias y necesidades siempre cambiantes de los
clientes y, por ello, destaca algunas de las más reiteradas: “Actualidad,
modernidad, integración, privacidad, amplitud, flexibilidad y
contacto con el exterior son algunos de los requisitos de la
vivienda. A partir de esto, en muchos casos, el living
integra otros ambientes que antes eran autónomos
como, por ejemplo, el hall de acceso o el comedor. La
presencia de éste último se centra en el equipamiento, ubicado
dentro de una gran sala de estar, compartiendo el espacio con
el living. También la cocina cumple la función de ambiente
integrador tanto con el comedor diario como con el family o el
playroom y, mientras antes se intentaba ocultarla, hoy se ha
transformado en un punto de reunión. Actualmente, el
equipamiento de cocina alcanza una gran sofisticación en sus
terminaciones y materiales, convirtiendo a este espacio en una
suerte de show-kitchen. Otro ambiente que creció
considerablemente en tamaño e importancia es el baño de la
suite matrimonial que hace unos años era muy simple y ahora es
casi como un spa. Los playroom también han cambiado su
protagonismo. Mientras históricamente se iniciaron como
ambientes residuales en altillos y sótanos -donde se ubicaban
los juegos-, hoy constituyen un ambiente requerido desde la
etapa del proyecto. Es importante considerar el uso que la
familia quiere otorgarle para saber si es conveniente que esté
vinculado con el área cotidiana o con el de recepción
pública”.
“Por
otro lado -agrega- se busca la fusión del espacio interior
con el exterior. Los límites son cada vez más virtuales y
se juega con las proporciones para crear diferentes
sensaciones. Es cada vez más fuerte la secuencia de
continuidad funcional y visual entre el living, las grandes
galerías –que incluyen un amoblamiento muy confortable de
sillones, mesas y hasta parrilla u hogar a leña- y la piscina
con solarium. En cada proyecto, el sentido de la proporción es
un aspecto clave. Un espacio puede provocar sensaciones
diferentes, más allá de su tamaño real, según cómo se
relacione con los ambientes contiguos y el modo en que definan
las proporciones entre las partes del todo. De este modo,
el exterior juega un papel protagónico en el diseño
ya que los ambientes pueden maximizarse incluyendo grandes
ventanales, eliminando algunas paredes o incorporando arcadas
y halls. La conclusión es que, cada vez más, los clientes
buscan vivir de un modo más relajado e informal,
conectándose con sí mismos, disfrutando plenamente todos los
espacios, recurriendo a las sensaciones como parte del confort
y acercándose cada vez mas a la naturaleza, perdida en la vida
urbana”.
El Arq.
Alejandro Apa explica que son varios los secretos para lograr
la satisfacción total del cliente: “Uno de ellos es el justo
equilibrio entre la capacidad para transcribir sus emociones e
interpretarlo, mediante un trato muy personalizado y
con el respaldo del equipo de más de 100 profesionales -entre
arquitectos, ingenieros y técnicos- que integran el plantel de
trabajo de Stieglitz. Para ello, debe crearse una relación de
confianza mutua, acompañándolo en todo el proceso desde el
primer día. Esto significa, antes –en la búsqueda del
lote-, durante –en la gestación de las ideas y el
desarrollo para construirlas- y después –mediante el
servicio de posventa y garantía de hasta 10 años. El éxito
de cada proyecto radica en descubrir en el menor tiempo cuáles
son las ideas correctas para comenzar a materializar los
sueños y convertirlos en realidad. La historia de una casa es
el reflejo de en una vida y saber interpretar esa historia no
es ninguna ciencia sino un arte. Más de 160 familias
satisfechas con sus casas nos han demostrado que la
arquitectura emocional es un camino correcto”, concluye Apa.
Stieglitz es una empresa argentina de origen alemán, fundada
hace 56 años. Es un referente acreditado tanto para obras
residenciales de mediana y gran escala como industriales,
institucionales y comerciales. Para más información:
4796-6200 (Líneas Rotativas.) ó
www.stieglitz.com.ar
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