16 de Octubre de 2007
"Estamos
experimentando con chicos que no tienen derecho a protesta"
"La escuela
tiene valores que debe tratar de impulsar afuera. La tarea de
la escuela y de la familia es contracultural."
"Carecemos de
alumnos, carecemos de personas que sean entrenadas por los
padres en la actitud de aprender"
"Se necesita
más capacidad intelectual para escribir un poema que para
programar una videocasetera"
Si no
educamos a la mayor cantidad de gente posible estamos en
peligro, porque no vivimos solos. No van a bastar ni los
countries, ni las rejas, ni los custodios, ni los perros,
porque no vamos a compartir los códigos básicos. Ya no se
puede ni dialogar".
"No debemos
olvidar enseñar a leer y escribir"
"Estamos en
un sistema de enseñanza programada de la ignorancia"
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El III Congreso de
Educación organizado por el Polo Educativo Pilar en el
Auditorio de la Universidad del Salvador tuvo un cierre de
lujo: el Dr. Guillermo Jaim Etcheverry habló de la necesidad
de volver a la vieja escuela. "La escuela debe enseñar a leer
y a escribir", señaló.
Frente a un
auditorio atento conformado por docentes de escuelas públicas,
privadas y padres; el Dr. Jaim Etcheverry regresó a Pilar (ya
había participado del I Congreso Nacional de Educación
organizado por el PEP) para realizar una exposición en la que
"pretendo dejarle algunas inquietudes para que piensen en
torno a los temas que me propongo señalarles".
El temor a
enseñar
Comenzó diciendo que "actualmente hay temor de enseñar. Las
generaciones adultas tienen miedo a enfrentar la
responsabilidad que les corresponde de enseñarles a estas
nuevas generaciones que llegan al mundo. Nos estamos retirando
de la tarea de introducir al mundo a estos recién llegados".
"Todos pretendemos
ser los amigos canosos de nuestros alumnos, pero pocos estamos
dispuestos a asumir la responsabilidad que implica ser padres
y docentes", aseguró a la vez que continuó diciendo "la
sociedad contemporánea se basa en el endiosamiento de los
jóvenes, donde la juventud aparece como un valor y no como una
etapa en la formación de la persona. Hoy todos pretendemos ser
indefinidamente jóvenes. Y respetamos en los jóvenes una
cultura que es cultura hecha por los adultos que descubrieron
en los jóvenes un interesante mercado de consumo".
Los chicos no lo
saben todo
"Yo creo que en
este respeto reverencial por los jóvenes se encuentra una de
las mayores dificultades para enseñar, porque la tarea de
enseñar supone un diálogo entre alguien que quiere transmitir
algo y alguien que quiere recibirlo. Carecemos de alumnos,
carecemos de personas que sean entrenadas por los padres en la
actitud de aprender", señaló.
"Se habla en la
sociedad actual de que los jóvenes ya lo saben todos, y los
jóvenes están siendo convencidos de que no tienen nada por
aprender, incluso de que a ellos les corresponde enseñar".
"Esto se debe al
profundo impacto que produjeron las tecnologías contemporáneas
que son manejadas magistralmente por los jóvenes, no porque
tengan una inteligencia privilegiada, sino porque se criaron
en un mundo en que esas tecnologías están presentes. Es
difícil convencer a un padre o a un abuelo que sigue siendo
intelectualmente más comprometido, que se necesita más
capacidad intelectual para escribir un poema que para
programar una videocasetera".
Resaltando que
"quien tiene la capacidad para leer y escribir, entender lo
que lee y cierta capacidad de abstracción -que es lo que nos
enseñó la escuela- tiene capacidad para aprender cualquier
tecnología. No hay que tener habilidades especiales, no se es
más inteligente por manejar una técnica, la técnica recoge lo
que uno le pone, lo importante es qué es lo que uno le pone.
Lo importante es ver qué están haciendo con la computadora".
La función
central de la educación: formar personas
Etcheverry
aseguro que "esta es una idea que estamos perdiendo de vista,
estamos perdiendo de vista la función central de la educación:
la de darle a cada uno la dimensión de sus posibilidades, a
través de la educación cada uno de nosotros aprende aquello de
lo que es capaz de hacer".
"La tarea del
docente es fundamentalmente una tarea de desarrollo de la
persona, esta idea contemporánea de que la educación debe
servir, ¿esto para qué sirve? lo que se está diciendo en el
fondo es ¿esto lo va a convertir en dinero? esta es una trampa
en la que el docente no debe caer, nuestra misión es darle los
elementos, las herramientas intelectuales que le permitan ser
más personas. Y el ser más personas está vinculada con sus
capacidades para enfrentar la complejidad del mundo y de los
otros seres humanos. El conocimiento como expansión de las
personas, la educación es un fin en si mismo, no es un medio
para lo que le va a servir. La educación sirve para ser
personas más completas, más complejas y con mayor capacidad de
reflexión ante la realidad", resumió.
"Ahí está la
justificación de la educación, pero el fin de la educación no
está puesta al servicio del trabajo sino al servicio del
crecimiento de la persona".
El pacto con los
padres
Etcheverry destacó
la importancia de acordar con los padre qué buscan de la
educación, "hoy los padres buscan una certificación, no que
sus hijos aprendan en la escuela. Hoy los padres no reclaman
los saberes perdidos por la falta de días de clases sino si se
le va a reconocer el año que perdieron o no".
"Hay que convenir
con los padres para qué los mandan a la escuela: por
costumbre, para hacer buenos amigos, para que se relacionen
con otros, o para aprender, para trabajar a adquirir
conocimientos intelectuales. Ir a la escuela es un trabajo,
que requiere del esfuerzo personal", aseguró.
A la vez que
enfatizó en que "ahí hay un punto importante: la
impermeabilidad social al aprendizaje, el convencimiento de
que ya se sabe todo está ligado a otra tendencia basada en la
pérdida de la relación histórica. Estamos perdiendo de vista
que somos parte de una cadena histórica, que venimos de algo y
estamos trabajando para construir algo a futuro".
La lengua
"Si perdemos la
palabra perdemos la posibilidad de comunicarnos. La palabra
pone a la persona en contacto con otra dimensión. La imagen
apela a lo emotivo y estamos perdiendo esta capacidad de
reacción que da el vínculo con la palabra, la palabra permite
la reflexión", comenzó.
"La tarea de la
familia y la escuela es mostrarle alternativas, mostrarles que
pueden ser otra cosa respecto de lo que muestra la televisión.
Estamos dejando la educación de nuestros hijos en manos de
ignorantes. El escaso uso de la lengua, las groserías -que no
son para enfatizar un punto sino porque carecen del manejo de
la lengua-, es un peligro social enorme al que en algún
momento le deberemos hacer frente. Cada uno puede decir la
estupidez que se le ocurra, pero debe decirla bien", declaró.
"Si uno escuchara a
hablar bien por la radio y la televisión se realizaría una
revolución educativa gigante porque la vida de las personas
tiene que ver con la palabra. Mucha de la violencia actual se
debe a esta imposibilidad de comunicación con el otro, cuando
se acaban las palabra se pasa a los hechos. Hemos olvidado la
enseñanza de la lengua, hoy a la lengua la actuamos. Por eso
el habla privada ha colonizado el espacio público".
"La lengua no se
estudia más en la escuela porque hay una resistencia social al
respeto de la norma, y la educación es esencialmente la
transmisión de normas, de reglas. Eso está mal visto hoy y
está visto como una imposición sobre el otro. Porque hoy cada
uno tiende a hacer sus propias reglas y esto hace perder la
razón de ser de la escuela".
La diferencia
entre el maestro y el alumno
"No es lo mismo el
maestro que el alumno. Tampoco es lo mismo la relación entre
el padre y el hijo. Por eso no se habla más de los maestros
sino de animadores sociales, etc. Puede ser que salgan chicos
muy creativos pero lo que si se ve es que salen ignorantes
profundos, que carecen de conocimientos; ojo con nuestra
responsabilidad en este tema."
Por eso enfatizó en
la importancia del conocimiento, "esto es un tema central, no
van a poder ir a la computadora cada vez que hablan, nos están
convenciendo de que el conocimiento en si no tiene mucha
importancia porque todo cambia tan rápido que para qué
aprenderlo. Pero lo que necesita saber para desenvolverse es
el conocimiento del mundo, la capacidad de abstracción,
ciertas coordenadas históricas; y esto es siempre lo mismo."
"Para actualizar el
conocimiento hay que tener algo que actualizar. Por eso ese
slogan de aprender a aprender es una trampa, siempre los
maestros buscaron que los chicos aprendan a aprender, pero
aprendiendo algo, no en el vacío de conocimiento. Y con esta
idea estamos dejando a nuestros chicos con una ignorancia
total que es llenada claramente por aquellos que les hacen
despertar apetencias que tienen que ver con el consumo".
La educación es
contracultural
Jaim
Etcheverry remarcó que la tarea docente es contracultural. "No
hacemos lo que esperan que hagamos. Hay que abrir las puertas
de las aulas para que salga algo que afecte positivamente en
la sociedad. La escuela tiene valores que debe tratar de
impulsar afuera. La tarea de la escuela y de la familia es
contracultural. Ahora pareciera ser que la escuela es un gran
conteiner, cuando la escuela debería abrir, no contener nada,
no tener a los chicos ahí mientras los padres trabajan".
También aseguró que
"la mejor tecnología que se inventó es el contacto con las
personas, y esta tecnología no se debe perder. Tal vez en
lugar de saber qué pasa en el Africa central sería mejor
conversar con el niñito que tienen al lado y al que tal vez
jamás le hablaron. La tecnología es ideal para el que sabe qué
busca, pero es un divertimento distractor para el que no sabe
qué busca".
"No hay vida
individual posible si la calidad del que tengo enfrente es
mala. La calidad del que me enfrenta es mi responsabilidad.
Como dijo Sarmiento "si no los querés educar por caridad,
hacelo por miedo". Si no educamos a la mayor cantidad de gente
posible estamos en peligro, porque no vivimos solos, vivimos
con otra gente en frente. No van a bastar ni los countries, ni
las rejas, ni los custodios, ni los perros, porque no vamos a
compartir los códigos básicos. Ya no se puede ni dialogar".
"Es importante
enseñar sobre medio ambiente, nuevas tecnologías y todo eso,
pero no debemos olvidarnos de enseñar a leer y escribir.
Estamos en un sistema de enseñanza programada de la
ignorancia. Hoy a la escuela se le piden tantas cosas, que me
parece que está dejando de hacer aquellas que tiene la
capacidad de hacer bien y que la convierte en el único lugar
donde se puede hacer. Experimentamos con chicos que no tienen
derecho a la protesta. Luego cambiamos las leyes, hacemos
nuevas directivas, pero los chicos que pasaron por allí ya se
fueron y no van a volver. Tenemos teorías pedagógicas
maravillosas, por ahí podríamos ver de enseñarles algo que les
sirva para después", finalizó.
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