Empresarios porteños advierten que es posible

"un cromagnon hotelero"

 05 de Noviembre de 2007

 

 

 

 

El "boom" del turismo en la Argentina, tras el cambio de las reglas económicas luego de la crisis del 2001, genera hoy el 12% del producto bruto interno. Sin dudas, el sector turístico es de los más prolíficos y el empresariado de la Capital Federal (la puerta del ingreso y egreso de millones de extranjeros), supo diversificar sus servicios y productos de cara a sostener y mejorar la rentabilidad.
 

 

Ahora bien, en estos años de crecimiento, ¿el sector empresario y las políticas de gestión del gobierno se pusieron a la altura de las circunstancias? Parece que no.
 

 

Desde la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés, se lanzó una fuerte advertencia sobre el surgimiento indiscriminado de pequeños establecimientos (del tipo "boutique" y "Bed & Breakfast"), que incumplen las exigencias de la ley vigente en término de habilitaciones y normas de seguridad.
 

 

Para los empresarios enrolados en la entidad hotelera, se está ante un serio problema, que expone al sector y lanzan por advertencia: "Podemos tener un cromagnon hotelero".
 

 

La principal preocupación radica en la falta de regulación de esta actividad, situación que pone en peligro la seguridad del turista, ya que la apertura de estos establecimientos "truchos" no cumple con las normas de seguridad que exige la ley. Por caso, si ocurriera un incendio en uno de estos hoteles, la responsabilidad recaería en todos, aún en los que están en regla.
 

 

Consultada por NOVATurismo, la propietaria del Hotel Boutique Malabia House, María Bautista, el florecimiento de pequeños establecimiento está afectando seriamente al sistema hotelero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en parte, por dos factores: el incumplimiento de normativas y la deslealtad comercial.
 

 

"Hay edificios que se construyen como hogares de familiares y después son utilizados como alojamientos, pero a los huéspedes les hacen firmar un contrato temporario (para desligarse de responsabilidades), y no se brindan las medidas de seguridad reglamentadas y exigidas a los establecimientos registrado como hoteles", explica María Bautista, destacando que el crecimiento de estas pequeñas propiedades "que no están habilitadas, afectan notablemente el desarrollo turístico".
 

 

Incluso, hay otros alojamientos que no están habilitados como turísticos y operan como tales, ese es el caso de los hoteles sindicales, destinados a sus socios, pero que "se publican en lugares de reserva internacional e ingresan como hoteles habilitados para recibir turistas", incrementando aún más la competencia desleal en el sector "porque no pagan los mismos impuestos que nosotros".
 

 

Pero a la competencia empresaria se pliega lo más importante del problema: la seguridad del turista. María Bautista lo explica así: "El problema es que no sólo hay deslealtad, porque pagando mucho menos que nosotros y sin habilitación cobran más o lo mismo que nosotros con nuestros servicios completos y todos los papeles al día, sino que se potencia la posibilidad de tragedias".
 

 

"Además, está el permanente peligro de que si hay un accidente o un incendio esto nos afecte a todos por igual, si surge un problema habrá un efecto dominó que perjudicará a todo el turismo", sentencia la titular del boutique Malabia House, haciendo un llamado: "Nosotros queremos que el Gobierno que asume ahora (por Mauricio Macri en la Capital Federal), se entere de todo esto y comience a controlar la situación, porque si no vamos a tener un cromagnon hotelero".
 

 

En la misma línea, Patrica O'Shea, dueña de Home Buenos Aires Hotel, afirma que estas irregularidades "nos afectan porque si hay un accidente grave o un incendio, todos vamos a quedar como que no hay habilitaciones y que no tenemos seguridad para los turistas".
 

 

Para O'Shea, si este tipo de establecimientos "no respetan la ley ni tienen códigos comerciales, menos van a respetar al huésped", algo que "nosotros respetamos y valoramos mucho".
 

 

Vale aclarar que esta situación avanzó mucho en el último año y medio, porque les es más fácil y barato no hacer todos los trámites para la habilitación, en un marco en el que las autoridades no ejercen control. "Este boom es como el de las canchas de paddle, pero el problema es que acá se pone en juego la integridad de turista y también el trabajo de todos los que apostamos al turismo pero con todas las de la ley", ejemplificó O'Shea a NOVATurismo.
 

 

 

Necesidad de control
 

Los intentos por remediar esta situación ya tuvo varios ensayos: se alertó a través de los medios de comunicación, se hizo una presentación a la Legislatura porteña a través de una diputada y se avanzó sobre la Secretaría de Turismo. Aún nadie les dio una respuesta efectiva.
 

 

La Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés exige, básicamente, que las futuras autoridades del gobierno porteño impulsen una legislación que diferencie cada tipo de alojamiento turístico y que controle más eficientemente los que se construyen y van abriendo sus puertas.
 

 

"La idea no es que se cierren lugares turísticos, sino que haya controles y que se forme un registro, creo que hay lugar para todos, pero con habilitaciones", concluyó Patrica O'Shea.