08 de Febrero de 2007
“Me
pienso quedar en alguna AFJP, es decir, ni por casualidad me
pasaré al régimen de reparto. Y lo mismo le recomiendo a
todo el mundo (¿no es curioso que cuando le preguntaron a un
colega qué había que hacer, dijo que a quienes menos aportan
les convendría pasar al régimen de reparto?. Nunca había
escuchado una explicación tan nítida de que la jubilación en
manos del Estado, en Argentina al menos, es una estafa).
(...)En cierto modo es una exageración hablar del sistema
privado y público de jubilación, porque las AFJP funcionan
con restricciones, y parte de sus activos son títulos
públicos. Pero casualmente lo que hay que criticar es la
intervención estatal en el sistema privado, no al sistema
privado mismo. Ejemplo: es una barbaridad que en 2001 se
haya disminuido el aporte personal de 11% a 7%, y mayor
barbaridad aún es que se prorrogue la referida reducción,
cuando ya ni siquiera existe el discutible argumento que la
originó.
Al respecto, cabe aclarar que el hecho de que durante los
primeros años de existencia las AFJP tuvieran en sus
carteras títulos públicos, era bien lógico. Porque el
sistema privado arrancaba superavitario, y el público
deficitario. La idea era que a medida que pasara el tiempo
el sistema de las AFJP tuviera más y más jubilados-más
erogaciones-y el sistema público menos, rescatándose los
títulos públicos emitidos inicialmente. En todo el mundo las
cajas de jubilaciones, las mutuales, etc., ‘están vacías’.
La cuestión es la rentabilidad de los activos de las cajas.
Claro que me gustaría que me cobraran menos de comisión, si
bien nunca entendí por qué las AFJP nunca explicaron
claramente que la mitad es un seguro de vida e invalidez,
que no tiene que ver con los aportes efectivamente
realizados, sino con una pensión relacionada con el resto de
los años de vida de la viuda o el inválido,
independientemente del período aportado.
(...)Estoy afiliado a una AFJP, y seguiré afiliado a alguna
de ellas. Mis colegas no deberían aplicar indebidamente
principios económicos generales. Después de más de una
década de vigencia, el sistema seguramente necesita
revisión. Pero por parte de gente que quiere mejorar las
cosas, no que ‘le tiene ganas’ al sistema, pero no se atreve
a destruirlo de manera explícita.
Si el Gobierno quisiera ocuparse de algo gordo en materia
previsional, tendría que analizar y atacar la cuestión de la
informalidad laboral y consecuentemente previsional. Para lo
cual tendría que pensar, seriamente, la cuestión de los
denominados impuestos al trabajo. Mientras cueste tanto
hacer las cosas por derecha, habrá grandes incentivos a
hacerlas por izquierda. Oportunidad que, lamentablemente,
muchos están aprovechando en la Argentina”.
Juan Carlos de Pablo
Extracto- Revista Fortuna
Sabrina Gaete
Colaboradora
Todocountries.com