16 de Octubre de 2007
Señor Director:
"El editorial de LA
NACION del 30/9, reclamando para nuestro país un poder
político que respete el valor de la vida, me ha traído un
recuerdo desgarrador.
"Hacia febrero de
1940, Hitler, en un programa político de exterminio, decidió
la muerte masiva de enfermos mentales incurables. Sus vidas
habían dejado de ser un valor jurídicamente protegido.
Se habían
trocado, como se explicaba, en vidas indignas de ser vividas.
"Un
hecho reciente, ocurrido en nuestro país, reproduce ese oscuro
pasado.
Un niño esperando
nacer, pero es el fruto de una violación.
¿Una vida indigna
de ser vivida? Manos hechas para acariciarlo y acunarlo (las
únicas manos que alguna vez lo tocaron), lo recibieron sólo
para que muriese.
Para que sus ojos
no se abrieran, para que su voz no se escuchara nunca.
"El derecho es un proyecto de vida, no de muerte.
Toda vida es digna
de ser vivida.
Pero si el derecho
se disocia de la vida, ¿de qué vale el derecho?
¿De qué
valdrá la vida?"
Carta de lectores del Diario La Nación
del 14-10-07
Héctor Negri
Ministro decano
Suprema Corte de Justicia de la Prov. de Bs. As.
DNI 4.313.535
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