Nauticoterapia
 


 28 de Abril de 2006


 
Tienen síndrome de Down y se preparan para una regata


Navegan en el velero Esperanza, de la Prefectura Naval
 
Alejandro tomó con fuerza el timón, sonrió con ganas y exclamó: "¡Esto es vida!". Y todos a su alrededor no pudieron contener la risa.
 
Un rato antes, Sergio había dicho: "Es miércoles, estamos arriba de un barco y es un día hermoso... ¿Qué más quieren? ¿Camarones?".
 
Es que, Alejandro Vonfkauman, que tiene síndrome de Down, y Sergio Bariatti, terapeuta de la Fundación Nosotros, fueron parte de una jornada inolvidable. Con el propósito de entrenarse para una regata que se llevará a cabo en junio, seis adultos con síndrome de Down navegaron en el Río de la Plata, durante más de dos horas, en el velero escuela Esperanza de la Prefectura Naval Argentina, acompañados por siete tripulantes, tres terapeutas y el presidente de la fundación, Fermín Murall.
 
A las 11.30. Alejandro, Javier, Sergio, Alicia, Luis y Adriel abordaron el velero y aguardaron con paciencia a que zarpase. Cuando el barco empezó a moverse, Sergio Amaya, de 52 años, explicó a LA NACION: "Hay que ir despacito y sin correr. Vas a ver qué fácil que es", y acto seguido cerró los ojos y giro su rostro para que el viento le diera en la cara. Se notaba que estaba feliz.
 
En la popa del Esperanza, Javier Murall, de 37 años, miraba por unos binoculares hacia el horizonte, mientras que Alejandro, de 38, ayudaba a enroscar un cabo en el timón. Todos estaban contentos.
 
La interacción entre los tripulantes del Esperanza y los chicos durante todo el viaje fue asombrosa. Entusiasmados, los chicos preguntaban de todo: por qué canales navegaban, a qué velocidad, si podían bucear y si había submarinos por esas aguas. Y los tripulantes respondían a cada una de las preguntas con claridad, al tiempo que ayudaban a los chicos a timonear y los alentaban a que tirasen de los cabos.
 
En 2005, la Fundación Nosotros puso en marcha el proyecto La Rosa de los Vientos. "Todos los jueves salimos con un grupo de cuatro o cinco chicos en un velero del Club Náutico Azopardo, y los resultados han sido sorprendentes", contó a LA NACION Sebastián Cortese, que dirige el programa. "Alejandro, por ejemplo, que perdió un ojo cuando era chico, navegando desarrolló su lateralidad perdida y pudo descubrir su lado oculto", ejemplificó Cortese.
 
La Prefectura Naval se enteró de este proyecto y organizó el año pasado una regata en Puerto Madero en la que participaron 23 chicos. "Fue una regata fantástica, los chicos se entusiasmaron muchísimo. En junio vamos por la segunda vuelta", señaló a LA NACION el capitán del Esperanza, Carlos Peralta.
    

   Fuente: Adriana M. Riva- Diario La Nacion