CARLOS MARCH: las políticas públicas sustentables 

18 de Octubre de 2007

 

Con las dos primeras entregas de la entrevista con el Sr. Carlos March, ya sabemos bien qué es Fundación Avina, cuáles son sus focos temáticos y, también, conocemos sobre los principales obstáculos para la construcción de redes sociales y sobre las estrategias para superarlos.

 

En esta tercera entrega se reflexiona sobre las anomias de la Sociedad Civil, aquellos puntos débiles que deben de superarse, y, además, sobre los esperanzadores pasos de algunos líderes sociales que nos permiten pensar que una sociedad mas democrática es aún posible.

 

Continuemos entonces con "Charly", como le suelen decir quienes lo conocen:

 

 

-Pensar a 20 años, donde el 55% de la población ya no va a estar en el conurbano sino que va a estar en una franja de 400 kms que va a ir desde Rosario a la plata en la misma situación que está viviendo en Conurbano es aterrador, y esto no es un tema que esté instalado y es un tema que pasa “mañana”. No hay planificación política, no hay nada.
 

A mí me parece que organizaciones como Avina y organizaciones como las que acompañan a Avina tienen que empezar a abordar estos temas. Realmente es un lujo poder estar en una organización que te permite abordarlos.
 

El desafío es cómo metes estos temas en las agendas de los tomadores de decisión. La Sociedad civil puede ser muy buena en instalarlos en la agenda pública, pero si después no se generan políticas gestionadas por el Estado, esto desde una ONG no se soluciona.

 


-¿Te acordás de “El hambre más urgente”? Ahí tenés un ejemplo
 

-Sí, ahí tenés un ejemplo importante de la importancia que tienen los medios de comunicación. El periodismo es un servicio público. La campaña de “El hambre más urgente” y la campaña con Luis Majul para derogar las jubilaciones de privilegio son las únicas dos campañas de iniciativa popular que terminaron en leyes. En las dos intervinieron medios de comunicación comprometiéndose empresarialmente. La Nación para “El hambre…” publicó un día domingo el formulario para que la gente firmara y lo remitiera. Hubo un compromiso desde la empresa periodística y realmente los que hicieron lobby cívico para que saliera la ley, y a los que atendían los diputados para que no los escracharan públicamente era a los periodistas y no a la sociedad civil.
 

La alianza entre ONGs y medios de comunicación para incidir en políticas públicas es fundamental.
 

Yo me acuerdo que en el 2001 en Poder Ciudadano hicimos una presentación junto con el CELS a la Corte Suprema para que nos entregaran las 800 y pico declaraciones juradas de los jueces nacionales. La resolución de la Corte fue que teníamos que hacer un pedido individual por cada juez. Nunca se supo nada. Presentamos un amparo y 8 jueces no quisieron tomarlo. Se metió un diario como La Nación y sacaron la resolución. Es decir, cuando los medios de comunicación se den cuenta del impacto que tiene cuando se involucran, yo creo que vamos a estar mucho mejor. Creo que va a ser un factor muy importante para que se destraben muchas normativas y se cumplan muchas políticas públicas que no se están cumpliendo. Creo que hay que recuperar el medio de comunicación masivo como un servicio público puesto no solo al servicio de campañas solidarias sino también de campañas de políticas públicas. Mi experiencia ha sido contundente en ese sentido.
 


- ¿Lo que Avina declama es que la política pública es la posibilidad más viable de poder cambiar los sistemas?
-Sí, sin duda, porque la política pública es la bajada a tierra de la ley. Hay leyes que sirven para asentar jurisprudencia y está perfecto pero hay leyes que son netamente operativas. Entonces si yo saco una ley de acceso a la información pública y no la difundo y la pongo en un cajón no sirve de nada porque es una ley operativa A esa ley yo necesito sumarle una política pública de implementación de esa ley. Ni hablar con las políticas sociales, políticas de infraestructura, etc. Es lo que dinamiza y da sentido al esqueleto normativo: la política pública.
 

 

-Hay una realidad bastante tangible, apoyada en buena medida por los medios de difusión, de que se va a entronizar a un matrimonio por 12 años en el poder de Argentina, 12 años de represión. ¿Eso no va a trabar grandemente la acción de ustedes?
-Yo creo que no te la facilita, eso seguro. Pero no porque la sociedad civil organizada opera transversalmente en las tres direcciones del Estado, no solo en lo nacional sino también en lo provincia y lo local. Empiezan a haber experiencias como la que te contaba de estos líderes sociales ligados a Avina y tal vez hallan muchos más que se empiezan a involucrar en la disputa de poder y no sólo en el cuestionamiento del poder. A mí me parece que sí hay dos o tres cosas que frente a este diagnóstico hay que focalizar: uno es el concepto de proceso, hay que sostener este proceso, no desanimarnos por un mal resultado y mucho menos por los resultados electorales que son absolutamente coyunturales. Hemos entronizado a personas que después la misma sociedad destrozó. Alfonsín, Cavallo, De la Rúa, Duhalde, etc, etc…La gente tritura también personajes, ¿eh?. Lo que no cambia es el modelo, el modelo va reemplazando las caras visibles. Kirchner montó en la provincia de Buenos Aires un duhaldismo sin Duhalde.

 

Entonces, lo que tenemos que lograr ahora es el cambio de modelo. La sociedad ya está acostumbrada a triturar caras visibles, lo que no puede triturar es el modelo perverso. Entonces, claro que el desafío es mucho más grande y por eso, hay que sostener procesos, hay que generar alianzas, redes para imponer un marco de valores; y el otro aspecto importante es que en esta alianza tienen que empezar a generarse cruces transversales. Hay muchos malos empresarios, muchos malos políticos, y muchos dirigentes sociales malos pero también los hay buenos que tienen que empezar a juntarse porque están absolutamente desarticulados.

 

 

-A mi me da algo de fe la elección que hizo Bimmer en Santa Fé, no porque sea socialismo, sino porque todos los cuadros que conozco, por relaciones propias, realmente me dan una esperanza muy gratificante y diga: que bien que el pueblo de Santa Fe pudo desarticular todo lo que montó el mismo gobierno.
-Ahí coincidimos, ¿eh?. Dentro de la política hay actores mucho mas cercanos a los valores que se impulsan desde la sociedad civil. Podemos sumarle al caso de Bimmer el caso de la futura gobernadora de Tierra del Fuego. Hay actores emergentes, que todavía no están marcando las reglas de juego a nivel nacional pero que hay que empezar articularlos para que puedan hacerlo. Porque Martín Savatella va por su tercera reelección en el municipio no porque no quiera proyectarse sino porque no puede, no puede salir de Morón. Hay que empezar a generar estas redes. Pero sin duda que yo tengo fe, si no, no estaría haciendo lo que estoy haciendo. Sí soy conciente de que esto es un proceso y de que hay que sostenerlo. No vamos a cambiar el problema de la argentina en un año o dos. Hace 25 años que le entregamos la democracia a esta clase de dirigentes. Entonces el tema es como sostener el proceso. En Argentina ya sostener un proceso es un resultado.

 


-¿Cuáles serían tus tres conclusiones básicas como para poder encarar el futuro?
-Sostener procesos, generar articulación y el tercer punto es entender que hay que asumir riesgos. La transformación social no se da en un escenario de riesgo cero. Hay que tener la inteligencia emocional para asumir un riesgo y la intuición para controlarlo. La intuición te junta racionalidad con irracionalidad, es básico. Sobre todo en inversión social el gran desafío que tenemos es empezar a invertir con mayor riesgo. Esos son los tres focos importantes.
 

 

 

Por Karina Jurgensmeyer,

Colaboradora TodoCountries.com

 

 

 

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